La muda de "la piel" en la vida humana también es natural, tan natural como en el reino animal.
Yo también creo que todo cambio en la vida personal es síntoma de crecimiento, de querer avanzar, de movimiento, de no estancamiento que lleve a la desilusión y la desidia, los cambios son síntoma de que estás vivo, activo y saludable.
Las serpientes suelen hacer de un solo golpe el cambio, dejando atrás la piel como si diera la vuelta a un calcetín.
Yo conozco personas cuyo cambio es lento, pausado y tranquilo, con tiempo de asimilación al cambio, es su ritmo y es perfecto.
En mí, los cambios suelen ser como en la serpiente, drásticos y totales, mudo toda la piel, incluyendo la de los ojos y por ello muchas veces el alrededor no lo entiende y tiene que pasar tiempo, hasta que asimilan por medio de otro acontecimiento, que aquello que yo hice tenía sentido.
La muda es algo vital para la serpiente y es un factor rítmico en su vida y aprovecha a soltar sus olores hormonales para atraer a los machos.
Para mí también es vital la muda de mi "piel" y por lo que parece, una constante que me lleva a conocer, saber, entender más, sobre todo a mi misma.
En el periodo de muda las serpientes están diferentes, hay que dejarlas tranquilas, no tocarlas para no dañarlas, importante esperar a que muden para verlas de nuevo como eran y sobre todo no preocuparse, una vez realizada la muda, vuelven a ser lo que eran.
También coincido, en mis periodos de reflexión interior que me llevan al cambio, estoy distinta, mes quito la piel y estoy más vulnerable, por ello, más recogida en la tranquilidad de mí ser.
Hay que dejarme, cuando haga "la muda", volveré a ser quien era.
También tengo que señalar que las personas que hacen la muda de "la piel", desprenden una energía especial que atrae a otras personas, prefiero llamarle energía que feromona.
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